Carlos Müller: “…Se me ocurre que me gustaría ser japonés o japonesa…”

(Extracto) – Fuente: The International Literary Quarterly (interlitq.org)

Carlos Müller: “…Se me ocurre que me gustaría ser japonés o japonesa…”

SERIE: VOCES DE AMÉRICA LATINA

En el camino que fuiste transitando durante tu carrera ¿podrías reconocer cuáles fueron tus aciertos y cuáles tus errores? 

Prácticamente siempre hice cosas que me gustan. Nunca “sufrí” un trabajo. Hace varios años que me dedico a actividades relacionadas al cine y la cultura. La realización cinematográfica, el Cineclub Dynamo, el trabajo en festivales, el coleccionismo, la restauración de películas y afiches de cine, la docencia universitaria, cursos de cámara, etc. Tal vez debería haberle dedicado más tiempo a la realización y producción. Eso me lo reprocho un poco, pero en definitiva está bien como se dieron las cosas. Mi acierto fue no salirme nunca del mundo del cine. También  lamento un poco de haberme alejado bastantes años de la filosofía. Pero la filosofía está siempre ahí y en estos momentos volví a estudiar cotidianamente y estoy organizando grupos de estudio.

Si tuvieras que definirte ¿te identificas más como latinoamericano o como ciudadano del mundo? 

Creo que ni uno ni lo otro. No he viajado tanto como para considerarme ciudadano del mundo. Simplemente hay lugares en los que me siento mejor que en otros. A veces, siento algo así como una afinidad especial con un lugar, que puede ser en América Latina -donde sin duda siento una pertenencia- o en otro país.
Si tuviera que definirlo categóricamente diría que mi mayor identidad es la de ser argentino. La forma de ser y de pensar del argentino, nuestra cultura, la literatura, la manera de hablar, el culto a la amistad y a la familia, nuestras músicas y el fútbol, entre otras cosas, hacen que me sienta más argentino que otra cosa.

¿Qué debería aprender América Latina de los Estados Unidos y qué debería aprender Estados Unidos de América Latina? 

Creo que desde hace 20 o 30 años hay una mayor conciencia continental en los países que conformamos la América Latina. Es complejo decir qué debería aprender uno de otro porque no creo que se pueda tomar a América Latina como un bloque. Más allá de una mayoría de habitantes con cultura hispánica o portuguesa y pueblos aborígenes, las realidades cambian mucho de país a país.
De todos modos, diría que es admirable el nivel de organización que tienen en Estados Unidos y también la solidez de su sistema científico y educativo. Tienen una determinación a la hora de hacer las cosas que admiro.
Estados Unidos podría aprender mucho de América Latina en lo que hace a una forma de vida menos ligada al consumo y con un espíritu más comunitario. Hay tantas formas de ver la vida en nuestros países, que vienen de los pueblos originarios, que enriquecerían a Estados Unidos o a cualquier país que se detenga en eso. Hay una riqueza de culturas aborígenes realmente valiosa e infravalorada.

¿Considerás que América Latina sufre una secular explotación desde los tiempos de Colón hasta el presente y tiene las “venas abiertas” como refiere Eduardo Galeano en una de sus obras?

No es lo mismo hablar del territorio latinoamericano durante los tiempos de Colón que de naciones que ya tienen más de 200 años. Creo que ponerlo en esos términos esconde que en la mayoría de los casos esa explotación -que efectivamente existe- se da gracias a un componente local corrupto. Si no identificamos eso va a ser difícil que cambie. Evidentemente hay una falta de conciencia del bien común nacional en muchos de nuestros gobernantes. También hay niveles muy altos de corrupción económica y política en muchos países latinoamericanos. ¿Qué ganamos diciendo “nos explotan” si no somos capaces de detener el entreguismo de muchos de nuestros gobernantes y empresarios? 

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