“Mi historia en esta vida es liberarme de mi ego”. Entrevista a Andrea Prodan

(Extracto) – Fuente: The International Literary Quarterly (interlitq.org)

“Mi historia en esta vida es liberarme de mi ego”. Entrevista a Andrea Prodan.

Andrea, además de ser actor y músico, es padre. Con su espíritu crítico, libre, reflexiona sobre la música, la vida, y las influencias que contribuyeron al resultado de su enérgica banda Romapagana.

El mito de Luca, su hermano, es una relación que aún persiste, que vibra. “Pareciera que hay un director desde arriba moviéndome y escribiendo el guión. Creo que es Luca que está cagándose de risa, que me pone en situaciones y quiere ver mi reacción”, agregó entre risas.

¿Cómo definirías la música? ¿Qué necesitas expresar a través de ella?

Lo que más me gusta de la música es que es imposible de definir, de analizarla, no sabría en qué categoría ponerla. Vivimos en una época muy estética, visual, donde las imágenes son predominantes. Pero, lo que me gusta de la música es que te entra por los oídos, mientras uno está haciendo otra cosa ella igual te está entrando, es como una penetración mágica. Es lo que me parece interesante porque es casi subconsciente.

Hoy en día, si uno va en búsqueda de la música, podes atraparla grabándola. En cambio, antes, un compositor tenía que pensarla, si sabía la escribía, y si no tenía que tener una memoria portentosa para lograr acordarse de ideas buenas musicalmente. Me pasa a mí, por ejemplo, cuando pienso en una canción, en un riff, un giro de bajo, o una melodía que me gusta y no tengo modo de atraparla, porque no tengo un grabador o mi teléfono, entonces hago un esfuerzo tremendo con la memoria hasta llegar al lugar a dónde la pueda atrapar.

La música es una de las muchas maneras para poder expresarse, lo hago también levantando y frunciendo la ceja, o escribiendo, pero diría que soy una víctima de la música más que un usuario de ella. Me puede cambiar hasta el sentido del humor, me ha salvado la vida cuando me sentía solo o incomprendido por mi familia o el entorno. Es un elemento de gran compañía como lo puede ser un perro para el humano; también es una cultura que habla claramente de un país, o de cómo piensa una persona.

Por ejemplo, cuando yo era más chico no le daba ni bola a la música árabe por esos cambios extraños de tonos, me parecía aburrida, repetitiva; pero con el tiempo viviendo en Túnez, empecé a apreciarla mucho más y a darme cuenta que nuestro rock, tipo Led Zeppelin, etc, viene de ahí. Los riff, las repeticiones, los climas hipnóticos, son árabes. El rock tiene muchísima música árabe, entonces la empecé a utilizar en mi banda.

Romapagana tiene temas compuestos con música árabe, como parte casi de un juego irónico porque es obviamente el enemigo para los yanquis.

Todas las culturas se permean, y la cultura occidental viene de la cultura árabe. Nuestra cultura actual nace en Grecia, a los yanquis y a los ingleses les ha llegado mucho la cultura árabe, es toda una locura. Tenemos que valorar la multiplicidad de elementos del planeta y no separarlos, y la música te ayuda a comprender esto. Por eso, a The Beatles los aman en todo el planeta, la música te puede llegar de otro país y provocarte algo.

Tus inicios en la música sacra/clásica te sirvieron para grabar un disco vocal que fue muy importante, cuando escuchas Viva Voce ¿qué sensaciones o recuerdos te permite vivenciar?

Es muy interesante escuchar lo que vos mismo has hecho, pero tampoco queres caer en narcisismos. Tuve la necesidad con Viva Voce de alejarme de lo visual, del cine, de ser un actor, de tener que trabajar siempre con mi cara y mi aspecto, con el ojo del espectador analizándome como persona, más allá de lo que pienso y estoy transmitiendo, eso me daba mucho fastidio. El actor termina siendo un pobre objeto que está dando muchísimo a un manipulador que es un director, que tiene que contar una historia que va a usar.

Necesitaba separarme de esta sensación de sentirme continuamente prostituido en mi esencia espiritual en el cine, y dejé todo para dedicarme al proyecto de hacer un disco solo con la voz, volviendo a lo que había hecho de niño como cantor en el coro de Canterville, pero mezclándolo con toda mi cultura de rock.

Es un disco que va a mi profundo pasado, incorporando los años de oyente de música, y finalmente plantando una semilla de algo que yo estaba creando. Con este disco no quería ser famoso, sino que para mí era fundamental, como una liberación pisco somática, psicológica, era la necesidad de escuchar mis mil voces y ponerlas todas juntas, y hacer una armonía con mis gustos. Creo que la gente necesita dejar hablar los diferentes yo, obviamente tengo varios y no me creo esquizofrénico, soy una persona sana y lo voy a demostrar en mi multiplicidad de varias personas en una.

Me equivoqué en pensar que mi carrera iba a ser de actor, porque pensé que sería como mil personas y que podía divertirme. Empezó así, pero con el tiempo me di cuenta que es un trabajo muy enfermo, no sé cómo hacen los que actúan toda la vida. En muy pocos casos he conocido a actores que definiría como personas sanas, es un trabajo tremendo. El músico es diferente, porque no está lidiando con su misma cara, persona, sino que está creando música, es mucho más sano. Después salgo, me produzco para tocar, la banda tiene una imagen, Viva Voce tiene una tapa, pero francamente estoy eligiendo como proponerme de alguna manera, donde lo más importante es la música y no la estética, o quién es Andrea Prodan.

En ese sentido me hizo bien la banda Romapagana, porque Viva Voce era como una especie de masturbación, porque hacía todo lo que me gustaba pero solo, era un orgasmo del egoísmo en sus miles de formas, así que cambié de ruta y armé la banda, sino era meterme solo otra vez en una jaula.

Aunque había críticas por armar una banda de rock por el fantasma del mito de mi hermano, aunque soy muy entusiasta de Luca, lo quiero, he compartido con él grandes momentos sobre otras bandas que íbamos a ver juntos y no tengo un rollo con él, me lo tuve que demostrar primero a mí mismo. Fue necesario para mí tener una banda de rock, una necesidad de compartir de una manera democrática para liberarme de mi ego. Mi historia en esta vida es liberarme de mi ego.

Quiero poder observar, después crear una cosa, y luego retirarme. No darle el tiempo a la gente de empezar a construir la imagen que ellos quieren de ti.

En Estados Unidos me dio miedo esta violencia latente por la frustración que una cultura del éxito crea en las personas, y sienten que no la van a tener y le ponen todas las esperanzas a otra persona.

¿Cómo revivís actualmente con tu banda Romapagana la influencia del punk rock, de bandas como Sex Pistols y The Clash?

Era muy fans del rock antes de la explosión del punk rock, pero era un pendejo que escuchaba toda esa música con mis hermanos mayores, apreciándola y teniendo todas mis fantasías. Lo que pasa que cuando tenes 16 años empieza a pasar algo radicalmente nuevo que te gusta mucho, que captaste y por varias razones te está vibrando muy fuerte como el punk rock, entonces me subí a ese bondi. Éramos muy pocos en ese momento, y en Inglaterra, ese mundo era muy bueno; en la escuela éramos 740 alumnos y a sólo 2 nos gustaba el punk, había recién empezado.

Entonces, para mí haber podido vivir ese momento e ir viendo como las bandas crecían, lo que querían decir, y cómo murieron, fue muy bueno. Inglaterra estaba en la meca de la música, abrías el diario y estaban tocando SupertrampQueenThe Police y todas las bandas más famosas, podías elegir como si fueran caramelos, era increíble.

Lo que más me impactó fue ir a ver The Clash en el `77 en un teatro. Luca me regaló la entrada y fuimos juntos, a pesar que le gustaba más el rock progresivo. Al final terminó dormido en el piso fisurado de heroína; hasta lo poguearon encima, pero ese show superó mis expectativas, la actitud de la banda bajando una línea política al público. Esta banda fue la que me hizo pensar que si el rock existe para algo, es esto. Si vas a hacer una banda de rock tenés que analizar la realidad actual y hasta sociopolítica, tener actitud.

Romapagana no tiene que ver tanto con The Clash, pero sí a nivel energético, quiero recrear la energía que sentí como espectador cuando los fui a ver, y si estoy en una banda que está creando por lo menos algo parecido, estoy muy feliz.

En Argentina hay mucha música, muy variada, músicos buenos, hay de todo, pero creo que falta la energía musical estilo británico. Porque el argentino gracias a Dios es más blando, es más latino, es más suave, yo tengo un rollo anglosajón todavía, es como un fantasma que me provoca la necesidad de descargar energía poderosa a través del rock.

Cuando armé la banda, tuve que conseguir personas que comprendieran esto, y tuve la suerte de conocer a Fabián “Rojo”, un tipo que puede tocar de todo, un violero que no solamente es un gran artesano sino que tiene el fuego para dar todo con pasión en el momento necesario. Después, conocí a Diego, que es un bajista, lo vi una vez con su banda original en el escenario y parecía estar en Londres. Luego entró su hermano en la batería, y es un fenómeno. Humanamente ya había una buena fórmula entre nosotros, teníamos ganas de estar juntos, ensayar, divertirnos.

Tardamos mucho en hacer el disco, llegó como a los 8 años, una locura. Romapagana es una banda que tuvo mucho tiempo tocando en vivo y logramos atrapar esa experiencia en el disco. Tenemos el primero y vamos por el segundo.

¿Romapagana es una crítica política y social? ¿El uso de los mamelucos en el escenario es un homenaje a los trabajadores?

Romapagana terminó siendo una crítica sociopolítica. No soy una persona que tiene una idea política armada, no creo en ningún partido, soy un libre pensador o me gustaría pensar que lo soy. Creo que el ser humano es un conjunto de prejuicios y que son necesarios para poder tener una personalidad, pero Romapagana no quiere tener una opinión, pero si quiere mostrar la locura de las decisiones que se toman a nivel político, sociopolítico.

Nuestros temas hablan de los aspectos enfermos de nuestro mundo moderno: la guerra, la violencia, el consumismo y como estamos manipulados, a diferencia de Luca, que tenía una capacidad muy grande, y lo cito porque mi hermano es mi mejor referente musical , y además, la única persona que conozco que realmente fue un gran apasionado del rock, no sólo porque fue Luca Prodan, Sumo, etc, sino que de él me fascinó como podía desnudarse completamente y dejar brotar las cosas que le dolían o le gustaban mucho, como una manera tan transparente que el que lo escuchaba lo captaba, hasta en otro idioma. El argentino logró captar sus temas en inglés, entonces volvemos a donde empezamos, que la música llega desde un lugar del subconsciente.

Pensé en el mameluco porque es una ropa de trabajo y estamos trabajando, es algo que nos es común a todos. Cuando salimos a tocar por primera vez con los mamelucos pasó algo muy lindo porque la idea de unión se sintió. Nos mirábamos y nos sentíamos unidos musicalmente; después incluimos otros elementos que nos facilitaron armar como un escenario de trabajo, y esto nos ayudó primero a nosotros, y después le gusto al público.

Era muy tímido de niño, pero el teatro me enseñó que si estoy en el escenario tengo una responsabilidad. Desde el momento en el que estás ahí tenés que cumplir con una función. Cuando veo bandas, me pasa que siempre estoy muy predispuesto a lo que veo, pero muchas veces pienso que hay muchos caraduras. Hoy podes hacer lo que quieras, podes afinar a un cantante que no sabe cantar, podes dejar un disco prolijito y perfecto aunque la banda en vivo suene malísima.

Una vez que estas en el escenario es una responsabilidad de lo que le tenés que brindar al público. No digo que nosotros no seamos caraduras porque ensayamos poco, pero sabemos que si es nuestro momento, le vamos a sacar el mayor jugo posible.

¿En el escenario como vivencias el don de ser actor? ¿Cómo es la relación entre vos y el resto de los músicos paganos que son argentinos?

Hay veces donde por el tipo de energía que la banda automáticamente crea tengo que trabajar en esa energía, para estar en el rol donde la música me llevó en ese momento; y, a veces, entre un tema y otro me encantaría poder desenchufarme, no sé cómo explicarlo. Pero la misma banda me pone en un estado de cierta rigidez donde estoy luchando entre lo que me gustaría decir y lo que me dice “no podes decirlo”, porque estamos en el medio de Romapagana. Pero esa cosa está buena, porque yo voy en contra de eso.

Cada show es un viaje, eso es lo que mantiene a la banda, y está bueno. No somos ni muy controlados ni descontrolados, sabemos que las dos cosas pueden confluir.

Estoy fascinado con el hecho que hace desde 15 años nos llevamos re bien, creo que el mayor problema en la banda he sido siempre yo, porque no me quiero poner como líder de la banda, por eso la armé, para que todos estemos en una misma línea, y eso solo es posible porque estamos cómodos juntos, cómodos por el mundo que hemos creado, juntos como personas donde cada uno puede decir lo que piensa. Creo que es muy sana la banda y nos hace muy bien, y cuando terminamos de tocar nos abrazamos, y ese abrazo al finalizar el show es muy real.

Los Prodan y la música

¿Cuál es la influencia de Sumo en la banda?

La mayor parte de las bandas que me han gustado como MagazinePink Floyd, etc, todas influyeron de alguna manera en la banda, pero Romapagana elige un mundo restringido, hay una autocensura importante de mi parte en el momento de escribir para RomapaganaSumo en ese sentido no influenció para nada.

Sumo tiene la gran capacidad de ser una banda de punk, de reggae, de electrónica; es una cosa muy extraña. Son personas sumamente distintas, que Luca logró de alguna manera pegar y crear lo que podía con ellos.

No hay nada que me pueda dar más vergüenza de mí mismo que estar pisando la fórmula de Sumo para RomapaganaSi hay algo parecido es que hablamos el castellano con un acento anglo italiano y nuestros gustos transitaron en lugares comunes. También, porque elegí un camino pos punk, y Sumo es otra cosa, brotó de manera muy natural y orgánica. Pero las afinidades me divierten y también las diferencias, sino no estaría vivo.

Siempre me di cuenta que mi hermano era una cosa increíble y lo seguí en todo. Era un tipo muy ético, un gran protector de las mujeres, súper inteligente. Raramente conocí a alguien que equilibrara su inteligencia cerebral con su fisicidad, su verdadera persona. Pero había una parte de su carácter que era su talón de Aquiles, que era muy poderoso y por eso hoy no está con nosotros.

Seguir leyendo e interlitq.org

Compartir en redes

Facebook
Twitter
WhatsApp
LinkedIn