Mujeres Iraníes y Psicoanálisis: ¿diván o terapia virtual?. Entrevista a Kamran Alipanahi

(Extracto) – Fuente: The International Literary Quarterly (interlitq.org)

Mujeres Iraníes y Psicoanálisis: ¿diván o terapia virtual?. Entrevista a Kamran Alipanahi

Los interrogantes y problemas en cuanto a las barreras culturales y religiosas que suponen la defensa de un islam liberal, la condición de la mujer, las migraciones, lo intersubjetivo y transubjetivo, ha llevado al destacado Psicoanalisita iraní, Kamran Alipanahi, quien reside actualmente en Argentina, a profesionalizarse y atender las demandas de sus pacientes de diferentes lugares del mundo a través de las nuevas tecnologías, en su mayoría, mujeres iraníes. Terapias individuales, de parejas, de familias y multifamiliares, en algunas instancias espacios compartidos por más de trenita personas interconectadas a la vez, se convierten en los protagonistas respecto a las nuevas maneras del abordar el psicoanálisis.

 

Sos psicoanalista e inmigrante y llegaste a la Argentina atraído por el tango, ¿considerás esta danza como una experiencia terapéutica?

En realidad la danza puede funcionar como una terapia de apoyo, si bien es importante, a través de la misma no se pueden curar psicopatologías. ¿En qué ámbito del psicoanálisis podría tener más efectos? Sin dudas, en el psicoanálisis de parejas, que es una rama bastante joven. De hecho, cuando llegué a la Argentina, estuve componiendo tango y música, y antes de comenzar mi formación en La Asociación Psicoanalítica Argentina, realicé una maestría en Psicoanálisis de la Familia y la Pareja en el Instituto Universitario de Salud Mental. También comencé mi análisis terapéutico, luego el didáctico, con una psicoanalista radicada en Argentina, de origen iraní.

En mi formación, el psicoanálisis de familia y pareja fue muy importante. Mucho tiempo antes de empezar sistemáticamente con Freud, empecé a leer autores argentinos, eso me ayudó mucho para seguir preguntándome de los problemas que en el psicoanálisis van más allá del individuo, o desde otras perspectivas teóricas, de un sujeto inconsciente. Este tema conecta el psicoanálisis con otras disciplinas, y al mismo tiempo ayuda a que se arme una teoría nueva, una manera diferente de pensar.

Si bien el psicoanálisis de familia tiene en sus raíces una teorización diferente al psicoanálisis de pareja, la pregunta que siempre me hice tenía que ver con las diferencias culturales, con mi migración, con lo intersubjetivo y lo transubjetivo. Además, siendo una mujer mi psicoanalista, me ayudó a estudiar el tema de las mujeres, pero específicamente las dificultades de las mujeres iraníes.

En Buenos Aires, puedo decir que ni siquiera hay una minoría iraní, porque somos tan pocos, que ni siquiera llegamos a ser una minoría. Entonces, mi experiencia clínica, tiene que ver sobretodo con pacientes que atiendo por skype, que son de Irán, EE.UU., Canadá, Australia, Europa, pero la mayoría son de origen iraní. Y no solamente atiendo a pacientes individuales, sino también a parejas o familias.

Has incorporado la terapia virtual en tus sesiones, ¿cómo es la práctica del psicoanálisis? ¿cómo se da el diálogo entre dos grandes tradiciones, oriente y occidente?

El psicoanálisis en relación a lo virtual tiene una historia de debate que no es muy larga. Para algunos psicoanalistas, el psicoanálisis a distancia, ya sea por teléfono, internet, videollamadas o skype, no es psicoanálisis, y tiene que ver por la falta de experiencia en el tema, porque siempre buscan encontrar una falla en la técnica o en la terapia.

Por otro lado, hay otro tema que tiene que ver con la importancia del análisis propio. Transité la experiencia de lo virtual durante un año que estuve en Irán, cuatro veces a la semana, y personalmente, le aconsejaría a los psicoanalistas, psicólogos clínicos, que quieren atender pacientes a distancia, que es importante pasar por esa práctica, porque hay muchos temas y detalles que uno aprende desde su propio análisis.

Hay estudios realizados por científicos dentro del campo psicoanalítico, los que sostienen que cuando hay una falla en la comunicación, una imposibilidad de uno de los sentidos, ya sea en la vista, oído o tacto, se agudiza en otro sentido. Por lo tanto, si en el análisis no se puede oler o tocar al paciente, o el paciente al analista, esto puede manifestarse o comunicarse desde otros sentidos, porque no es lo mismo hablar de lo virtual, que de lo imaginario o simbólico, Soy partidario de la idea de que lo virtual también tiene lo real propio y puede ser un medio de análisis, pero también entiendo que tiene ciertas especificidades y requiere de aggiornamientos técnicos.

Es cierto que los pacientes graves están más pendientes del tacto y del olfato, pero en mi propia experiencia, tanto en los pacientes psicóticos como con los familiares de los pacientes psicóticos, me pareció que el trabajo a distancia es muy útil, tampoco estoy diciendo que es completo o la mejor forma de trabajar, porque no creo que exista una manera utópica de trabajar, pero sostengo que es positivo porque se ve el proceso terapéutico.

Uno de los motivos que me llevó a trabajar de manera virtual tiene que ver con los pacientes que no tenían acceso al psicoanalista en mi país de origen, o los iraníes que emigraron a otros países y no están acostumbrados a consultar con psicoanalistas o psicólogos que no hablen su lengua materna, específicamente las mujeres, eso es muy importante porque pueden hablar en la sesión a distancia cosas que jamás harían de manera presencial con un psicólogo en la ciudad en la que residen.

La condición femenina y su búsqueda

¿Porque las mujeres iraníes no pueden psicoanalizarse en el consultorio de un psicoanalista hombre?

Es un tema que se genera como consecuencia de las restricciones culturales y políticas. Si bien no hay psicoanálisis propiamente dicho, hay algunos psiquiatras con formación psicodinámica que ejercen su carrera, y hay uno o dos psicoanalistas que se formaron en otros países y fueron a trabajar a mi país en los últimos años. Pero, comparando ese número de profesionales con la población, no es nada.

Un dato curioso, es que la población de Irán es muy joven. Entre el año 81 y 85, hubo un crecimiento enorme de la misma por razones religiosas del gobierno de esa época, después la controlaron y disminuyó un poco la tasa. Tenemos una población muy grande de jóvenes que nacieron entre los años 81 y 92, supongo que son más de la mitad de la población. Las generaciones anteriores, por temas culturales, habitualmente no consultan a psicoanalistas, ni siquiera consultan al psicólogo, salvo en casos muy extremos de algún problema que no hayan podido resolver de otra manera.

En los últimos 20 años, ha crecido el número de mujeres que asisten a las universidades o que tienen una profesión. Eso tiene que ver con un problema político de un sistema autoritario como el de Irán, y que por algunas tradiciones, ha llevado a que el hombre se encargue más de los problemas económicos y por lo tanto deba trabajar más. Todo esto generó más interés en las mujeres que en los hombres en psicoanalizarse, y mayor interés en los jóvenes que los adultos. Pero debido a las barreras culturales y religiosas, prefieren tener sesiones virtuales.

¿Crees que las mujeres de tu país al psicoanalizarse por skype logran un mayor empoderamiento y así expresan con más libertad su manera de pensar?

En mi país, hay momentos en que se dan olas de migraciones de mujeres al exterior, ya que los hombres no pueden migrar fácilmente, porque existe un prejuicio internacional contra los hombres iraníes. Es más probable ver a un hombre iraní como un terrorista cliché, que a una mujer. Las razones económicas, familiares, la protesta contra el gobierno, y el interés de conocerse a sí mismas, han llevado a la mujer a darse cuenta de las relaciones violentas dentro de la familia y de la sociedad, y la necesidad del análisis para separarse de esas relaciones. No es una situacion fácil de resolver desde lo social, estos análisis generan una situación difícil para el psicoanalista.

He analizado mujeres de distintos grupos sociales de Irán, mujeres con un pensamiento más moderno, más liberal, mujeres con pensamientos de izquierda, mujeres muy religiosas que obedecen al gobierno pero a la vez no quieren obedecer, de alguna manera tienen un conflicto interno, familiar, y también mujeres que pertenecen a las que el gobierno define como familias opositoras.

Un tema que me gustaría remarcar en relación a esto tiene que ver con el duelo, cito algunos ejemplos. Un duelo patológico, es un problema que se puede resolver hasta cierto punto a través de los análisis virtuales. Hay mujeres muy religiosas seguidoras del gobierno, o de familias que tienen la misma ideología, y que perdieron un hermano , tío, padre o hijo en la guerra entre Irán – Irak.

Según la ideología del gobierno, a los iraníes que murieron en la guerra se los denomina mártires. Cuando consulta una mujer que es hermana, hija, madre, prima o sobrina de un mártir, o de varios mártires, me ponen en un lugar muy difícil, porque casi en todos los casos, estamos frente a un duelo patológico. Hay un nivel de idealización del muerto a un lugar de Dios, de mártir en el nivel islámico, que es diferente a lo que se entiende en el cristianismo en una batalla nacional. Eso genera problemas en relación al amor porque hay un ideal incomparable, ¿cómo poder imaginar que una mujer hermana de un mártir puede elegir como un objeto de amor a un hombre si el ideal es ese mártir? Entonces, siempre hay una dificultad, requiere de un trabajo de familia en pareja. Es importante no solo como una aplicación del psicoanálisis, sino como una parte central para trabajar esos tipos de pacientes.

Te doy otro ejemplo contrario, de una familia opositora al gobierno, que perdió un miembro de la familia en esa oposición porque el gobierno lo fusiló. Atendí una paciente a quien le mataron un tío, y quedó ubicado en un lugar opuesto al mártir, como un diablo. En ese caso, la persona no se puede enterrar ni en un cementerio común. Esa familia junto a otras familias parecidas, marcaron una subjetividad específica en esa mujer, en esa situación. El trabajo del duelo es muy difícil, porque es nadar contra la corriente de los ideales marcados por un sistema totalitario. En este caso, el secreto permite una elaboración mejor que los casos de la idealización patológica.

Un último ejemplo, el de las mujeres en relación al uso del velo que es obligatorio en la sociedad iraní. Si la mujer va a una sesión presencial siempre lo tiene que llevar puesto, también en la calle o lugares públicos. Pero no es lo mismo en una sesión virtual, porque puede estar en su casa, hasta en su habitación, a dónde tiene mucho más libertad, y puede no tenerlo. Estas libertades son imposibles de obtener en una sesión presencial, y eso genera una situación bastante específica.

Igualdad y nuevas tecnologías

Cómo psicoanalista ¿cuál es tu mayor desafío para ayudar a la igualdad de los sexos?

Mis desafíos son con temas relacionados al poder que tiene algunos aspectos a considerar. El primero tiene que ver con que vivo en Argentina, pero si mi paciente vive en una sociedad totalitaria en Irán, se genera una dificultad del encuadre, porque es un encuadre a donde está mi cuerpo y el del paciente, pero tratando de generar una seguridad fuera de los límites agobiantes del sistema totalitario.

Otro desafío tiene que ver con la persecución, y no hablo desde un lugar paranoico, hablo desde un lugar de una oposición sistemática de ciertos pensadores en Irán, que directamente atacan al psicoanálisis, y también atacan la psicología, economía, sociología, y todo lo que viene de occidente. Es un desafío porque genera miedo en los pacientes, pero por otro lado podría decir que es otra de las razones por las cuales las mujeres prefieren sesiones a distancia.

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