(Extracto) – Fuente: The International Literary Quarterly (interlitq.org)
“Pido la abolición universal del militarismo”. Entrevista a Alberto Portugheis.
“Los ejércitos usan música para unir a los soldados en su afán de ganar guerras”, expresa Alberto Portugheis, el activista y prestigioso pianista argentino. Música, armas y explosivos militares. Orquestas, conciertos y la continuidad de la música. Su llamado a la humanidad para trabajar por un mundo más justo.
Lleva más de 50 años viviendo fuera de Argentina, ¿se considera menos argentino que antes?
Para nada. Cada vez que visito el país siento que vuelvo a casa. Además sigo muy interesado en todo lo lo que pasa, en la educación, la cultura, la economía, la política, los problemas sociales, el desarrollo, y naturalmente, la vida musical. Es justamente la música, y a menudo a través de ella, la literatura, que tiene a la Argentina en mi mente y mi corazón, así como en mis dedos, por mi condición de pianista. He llevado la música de mi tierra a más de 50 países, siendo el primer pianista argentino que grabó la integral de la obra para piano y música de cámara con piano, del gran Alberto Ginastera. Además, tuve el gran placer de negociar el debut de otro grande, Astor Piazzolla con su Quinteto, en Londres.
A lo largo de su trayectoria ha elegido composiciones de autores de diversas épocas, ¿qué interés lo motivó a la selección de los mismos?
En la pregunta está la respuesta. “Autores de diversas épocas” implica que no hay mucha ‘selección’. Me gusta la buena música, del siglo que sea. Así como la pintura, escultura, literatura y poesía.
¿Qué sensaciones vivenció con el retorno a un escenario sin público a causa de la pandemia?
La primera sensación es como entrar a un ensayo, generalmente son con una sala vacía. Pero una vez que se encienden los focos de las cámaras y uno sabe que las personas, desde sus casas, están escuchando, es casi idéntico que estar frente a un teatro lleno. Digo ‘casi’, porque faltarían los aplausos para que sea igual.
Junto a Martha Argerich tiene una Fundación llamada Humanidad Unida para la Desmilitarización Universal (HUFUD), ¿cómo surgió su participación como activista respecto a dicha entidad?
Desde mi infancia he sentido que así como fabricamos instrumentos musicales para hacer música; armas, explosivos y misiles militares se fabrican para hacer guerras. Las granadas, minas antipersonales, bombas, cohetes y torpedos, sólo sirven para una cosa: matar. Estoy en contra de esas matanzas que destruyen vidas, familias, edificios y la economía.
Mientras haya orquestas siempre habrá música; igualmente que, mientras haya Fuerzas Armadas siempre habrá guerras. Por eso pido la abolición universal del militarismo. Hay varios caminos para lograrlo. Estoy convencido de que la paz en el mundo entero es posible. Martha Argerich, también amante de la vida, de la humanidad, está de acuerdo y por eso es la Presidente Honoraria de mi Fundación, HUFUD.
